miércoles, 22 de mayo de 2013

_-__---_----__


Parece que todo este tiempo he estado flotando en el espacio negro, sola, sin saber algo, con mis dos personalidades que resultan ser la misma, con mis miedos, tristezas y alegrías. Todo tan lejano de mi.
Si algún día supe quién fui, ya lo olvidé. Si algún día conocí a alguien más, se volvió en mi. Como un círculo o, peor aún, como un hoyo negro: todo siempre termina en mi.
Sabía de acontecimientos irrepetibles y de esperas interminables, pero ahora todo parece reducirse a nada. Siempre esa Nada negra que me seduce una y otra vez… esa Nada que se lo traga todo sin discernir, sin importarle siquiera que se lleva.
Y yo siempre flotando, como parada en el tiempo, como ausente de todo, con reclamos inciertos, con sonrisas desconocidas, conmigo sin mi.
Te he invocado como a un demonio, esperando que mis sentimientos vuelvan a derretirse en ti. Pero mi búsqueda, que no es búsqueda, impide que te quedes todo el tiempo a mi lado, porque lo necesito a él tanto como te necesito a ti: sin necesitarlos. Y con "él" me refiero a esa blancura que parece acariciarte, a ese sentimiento que convive con la razón sin estropearla, a ese aliado que no te traicionará pero que te hará sufrir, a ese grito que dice "sí" a la Vida, a ese lugar en donde puedes caminar. Pero a veces lo olvido a él también. A veces lo olvido todo y de nuevo estoy flotando en la negrura infinita y todo vuelve a dar igual.

domingo, 28 de abril de 2013

TEXTOS


Siempre he recurrido a ciertos vicios que parece nunca desaparecerán… y no es que me queje o me torture por ello, es que simplemente me da demasiado gusto tenerlos a mi lado.
Y de nuevo recurro a éste, uno de mis vicios mayormente olvidados pero de los más queridos. Dejaré que me utilice tanto como yo lo haré, de una manera deliciosamente delicada pero aparentemente perversa.
Si he de hablar verdad, bien puedo escribirte (me), cantarte, vomitarte o llorarte, tocarte con mis manos que jamás te tocarán, dibujarte con mis ojos que jamás te verán. Y es ahí donde sé que no apareces solitariamente, que la afluencia lleva a todos mis vicios a juntarse, a aparecer como un chispazo que sabía que tarde o temprano aparecería, efimeramente, con una sonrisa y una tristeza que no pueden contradecirse.
Y de nuevo lloro sonriendo, porque la vida misma me sobrepasa, porque los sentimientos son demasiado fuertes y bondadosos como para no hacerles caso, porque soy tan feliz que no puedo evitar llorar por ello.

Quisiera beberte para escupirte, que te metieras en mi para electrocutarme y saberte, y luego revivir tranquilamente. Sé algo, sé poco, pero no sé hacia donde dirigirme, porque tal vez no me sé. Y esa es de las cosas que no me preocupan, uno de esos vicios míos que parecen nunca extinguirse.
Creo que no quisiera levantarme un día y simplemente saber quién soy, tal vez eso crearía una paradoja que me haría desaparecer de este espacio-tiempo… ¿Me preocupará dejar de estar aquí? (Yo creo que no). Pero sé que no tengo respuestas para ello y que lo que digo probablemente dejará de ser cuando mi boca lo recite o mis manos lo escriban.

miércoles, 16 de enero de 2013

HABLANDO DE TI


Lo único que parezco haber olvidado es escribir a tu favor… pero ¿cómo hablar de lo inabarcable? ¿cómo hablar de un rayo de luz lejano en medio de la tormenta? ¿cómo hablar de un particular que resulta ser un infinito incomprensible?
Es justo donde las musas se echan a dormir porque no pueden hablar de ti, porque el amor mismo te describiría mejor con su silencio, sin torpezas existenciales, lingüísticas o imaginativas.
Resultas ser el contraluz que se debe observar desde lo lejos: tú tapando toda la luz para verte no-verte.
Resultas ser otra paradoja andante que me hace llorar de alegría y de cansancio. Resultas ser el que es no-es, el que me toca alejándome, el que me mira pequeña y queriendo que sea más grande, el que me habla de todo y de nada, el que me mira para darse la vuelta y dejar de verme, con cansancio, angustia y coraje.
Y ahora que partes, recuerdo que me costó trabajo hablar de ti, decir de ti, sufrir de ti. Y aquí me tienes, tratando de decir algo sin poder lograrlo, tratando de caer de pie para no tener que levantarme, tratando de decir que te amo sin decirlo…

domingo, 13 de enero de 2013

viernes, 11 de enero de 2013

DOBLETEANDO INTERPRETACIONES


Si se habla de la performatividad del lenguaje, ¿cómo es posible que tus palabras y silencios penetren en mi cuerpo y mi entendimiento, y que mis silencios y mis gritos no lleguen a tocarte si quiera? Pareciese que mi lenguaje sólo puede lastimar (te) y no mostrar mis heridas.
Muchos se jactan de entender la otredad, de entender que el otro da cuenta de un particular del infinito, pero cuando encuentran a alguien distinto a ellos (sin siquiera pertenecer a la tendencia a lo mismo), inmediatamente se cierran y tachan las interpretaciones "enfermizas" del otro que representa un espejo sin fondo.
Así como ellos son sinceros, nosotros lo somos. Y alzamos la voz para hacer una denuncia: Nunca han querido entendernos, nunca han cedido a nuestra interpretación "enfermiza", nunca nos han amado lo suficiente como para simular que estamos en lo correcto, que nuestra interpretación no es errónea, que nuestro punto de vista es distinto.
Tenemos el derecho de tender a la Nada en ciertas ocasiones (si así lo deseamos), tenemos derecho a creer que estamos equivocados y que a la vez ustedes están equivocados. Tenemos derecho a creer que estamos en lo correcto y que al mismo tiempo también ustedes lo están. Tenemos derecho a creer que esta denuncia es justa e injusta. Tenemos derecho a creer que no nos entienden… y no por ello tienen que tacharnos de enfermos, y no por ello tienen que renunciar a su interpretación, subvalorarnos o sobrevalorarnos: Si creen entendernos, díganlo, escuchen lo que creemos (¡creemos que no nos entienden! Creemos que este escrito no será entendido porque no ven su doble valor, como nosotros insistimos en hacerlo… y, aún así, creemos que lo entenderán).
Ahora seguiré con mis preguntas eternas: ¿De verdad estaré enferma, o acaso eres tú el enfermo? ¿O los dos, o ninguno? Quizás sólo son nuestros respectivos entendimientos que no quieren entenderse… ¿Y el amor?

CONTIGO Y SIN TI


Extraño a alguien inexistente, una presencia abandonada que aparece frente a mi.
Puedo verlo pero no sentirlo.
Su silencio inconfundible ya no me atraviesa, él ha desaparecido… o quizás yo.
La mente lo ha borrado ya… ya no existe. Y, sin embargo, él está aquí, como siempre, tiñiendo el cobre, gritando, gimiendo, sudando, existiendo.
No lo veo más, no lo siento más… ha desaparecido. Y, sin embargo, sigue aquí.
Ahora, toda su no presencia es una invitación para aventarse al abismo, para caer sin paracaidas, para seguir en el mismo laberinto sin salida, sin él… y, sin embargo, con él aquí.