miércoles, 25 de agosto de 2021

Vete de mi 


Mi alma atormentada parece descansar en los lamentos que externan hacia mí por verme tan lejana y maravillosa (estupidez). No es que lo compensen o que haya en ello algo de verdad, pero vaya que hay alivio en saber qué no soy la única que sufre por no tenerme ni saberme. Yo tan lejana de mi misma y ellos tan carentes incluso de la sombra que proyecta mi ser tan degradado. Soy aquel oasis que se reduce a un espejismo del sediento perdido y que no puede volver atrás. Lo que ves no es más que humo cambiante según la estación del año, sus colores, sus olores, su sabor y su química arrítmica y trastocada por la obscuridad, un acercamiento fugaz y probablemente falso que raya en una broma de mal gusto que ni gracia da. Lo único verdadero en mí son mis miedos, mi melancolía y mi decadencia que hartan la vista de un pájaro atrapado en su jaula familiar. Soy la  que soy, pero ese ser se ha cansado de ser, de estar atrapado en una ilusión que llamamos tiempo... sin ganas de seguir permaneciendo en un lugar más carente de sentido que mi yoidad. Así que es todo. Silencio.